Este artículo analiza el fenómeno de la apariencia de estatus entre personas en situación de pobreza. A partir de un meme viral, exploramos cómo el consumo de marcas de lujo, tecnología o ropa costosa por parte de sectores populares no es necesariamente aspiración superficial, sino una forma de defenderse del clasismo, acceder a respeto social y evadir la marginación cotidiana. En una sociedad que premia la imagen, “aparentar” se convierte en una herramienta de sobrevivencia.