El horror tras mil miserable pesos

En Los Reyes La Paz, prestamistas con vacunas de crueldad bajo el brazo se llevaron a Fernando como garantía por una deuda mísera de mil pesos. El niño fue hallado muerto en un costal días después.

Por mil miserables pesos, le arrancaron la vida a Fernando. La sangre de un niño mancha el rostro de un país donde la pobreza y la crueldad se cruzan sin freno.

Aquellos hijos de puta —sí, así con todas las letras— eran prestamistas que no tuvieron ni un ápice de humanidad. El 28 de julio, en Los Reyes La Paz, Estado de México, dos mujeres y un hombre —Carlos “N”, Ana Lilia “N” y Lilia “N”—, decidieron secuestrar a Fernando, un niño de solo 5 años, como garantía por una deuda de mil pesos que su madre no podía pagar La JornadaGrupo Milenio.

Lo absurdo, lo grotesco: tomaron a un menor como ficha de cambio, como si fuera un pedazo de plástico barato. La madre imploró, fue a buscarlos, fue ignorada, pero nadie movió un dedo hasta que puso una denuncia el 4 de agosto, cuando ya era demasiado tarde La JornadaGrupo Milenio.

Su cuerpo fue hallado dentro de un costal en la casa de los presuntos asesinos: oculto, como un trozo de basura que ya no sirve La Jornada. Vecinos aseguran que oían sus gritos, lo que le añade otra capa de brutalidad a la historia: no fue solo un acto de deuda cobrada, fue un tormento físico y moral OEM.

La Fiscalía del Estado de México ya metió a esos zoquetes a un penal. Pero que quede claro: esto no fue un robo, no fue un ajuste de cuentas. Fue un crimen bestial, cometido por gente sin alma que se atrevió a jugar con un niño por mil pesos de mierda.